Después de que la semana en la que se implementó el “dólar soja” por parte del Ministerio de Economía de la Nación y que muchos sectores que utilizan la oleaginosa como insumo advirtieran que el impacto negativo sobre sus costos sería muy significativo, el Gobierno decidió desdoblar la medida para “desacoplar” ese efecto no deseado aunque el resultado está aún en dudas.
Sin embargo, otros sectores de la producción también pidieron corrección del tipo de cambio para su actividad. Y el maní fue uno de los que rápidamente se puso en la línea de largada, en particular porque el 95% de la producción se exporta.
Ivana Cavigliasso, la presidenta de la Cámara Argentina de Maní, habló con Tranquera Abierta en el marco de su presentación en la carpa de Origen Río Cuarto en la Exposición de la Sociedad Rural. Allí afirmó que “es muy necesario que contemos con una mejora en el tipo de cambio porque la ecuación es muy ajustada”.
La titular de la entidad no dudó en destacar que “debería haber un dólar maní. Lo charlamos en la Cámara y verdaderamente es necesario porque el tipo de cambio con el que venimos trabajando no nos favorece. Hoy hay números demasiado finos, con poca rentabilidad y hay que tener una muy buena cosecha para que cierre la ecuación. Nos manejamos con el tipo de cambio oficial menos retenciones y cuando nos damos vuelta para comprar hay que responder con otro tipo de cambio para todo lo que sean insumos. Por eso un dólar maní creemos que sería muy oportuno”, afirmó.
En ese sentido hay otra materia pendientes que es la declaración del maní como economía regional, lo que tendría impacto sobre retenciones…
Es un capítulo que seguimos trabajando mucho desde la Cámara. Y junto con eso una baja en las retenciones. Teníamos un 12% y en el 2020 logramos una reducción al 7% y el año pasado, desde enero, pasamos al 4,5% en el crudo, y el maní blanchado con una menor alícuota ya que implica un proceso industrial y un agregado de valor que no era reconocido en los porcentajes de derechos de exportación. Ahora tenemos una alícuota del 3% para ese producto. Y en los más elaborados que tenían 5% logramos eliminar los derechos de exportación. Pero tenemos que eliminar todas las retenciones para el maní porque claramente se trata de una economía regional. Pensemos que somos 20 empresas las que formamos parte de la Cámara. Es un sector muy chico pero pujante y que exporta algo más de US$ 1.000 millones por campaña.
¿Cómo está esa discusión?
Estamos trabajando en la Cámara de Diputados y de Senadores para que, mediante una ley, nos reconozcan como economía regional porque el problema es que estamos dentro de la ley de granos y entonces cada cosa que sucede en la economía del país quedamos a merced. Queremos diferenciarnos porque somos distintos. En el maní no se trata de cosechar y listo, lo dejamos en el campo. Hay que llevarlo rápidamente a las plantas, ser acondicionado y procesado para ir a cámaras de frío para su conservación. Todo lo que mueve el maní es muy grande.
¿Cómo cerró la última campaña entre heladas tempranas y falta de gasoil en la cosecha?
Cerramos con resultados positivos y un período de cosecha con un clima que nos acompañó; nunca tuvimos que parar el proceso por lluvia y eso acortó mucho los tiempos. Toda esa producción está en las plantas en pleno proceso para exportación. Y ya arranca la nueva campaña el próximo mes para lo cual estamos esperando las lluvias. Digamos que la última fue una buena cosecha, aunque las heladas tempranas tuvieron su impacto. Lo agarró todavía en la planta y paró el crecimiento, lo que termina afectando. Pero estamos en valores similares a la campaña anterior. Y siempre la calidad es buena, lo que nos permite jugar en los primeros lugares del mundo. Siempre recordando que Argentina es el primer exportador mundial, con un adicional porque el 70% de la producción argentina va al mercado europeo que es el más exigente del mundo.
¿Cómo viene la próxima?
Se estima que habrá una reducción del área de siembra de entre un 10 y un 15 por ciento.
¿Por clima?
Una parte, pero juegan otras cosas más que el clima, como el valor de los alquileres que están muy caros y sembrar maní es un tanto riesgoso comparado con otras opciones. Entonces por ahí hay que achicarse un poquito para estar más seguros.
El consumo local sigue bajo…
El 95 por ciento se va afuera. Pero eso es lo que estamos trabajando desde la Cámara con esta promoción del “maní para mí”, que apunta a destacarlo como un superalimento. Siempre estuvo asociado erróneamente a que el maní engorda, que se consume sólo con la cerveza, y la verdad que tiene un montón de beneficios y la gente de a poco comienza a ampliar su consumo. Estamos avanzando mucho en eso.
Gonzalo Dal Bianco – Puntal Rio Cuarto