Nicaragua es el quinto exportador de maní del mundo, después de Estados Unidos, Brasil, Argentina y China. La semilla se cultiva en el Occidente del país, pero también en Cofradía y Tisma, aunque se procesa en Chinandega.
El gremio intuye que este año obtendrán una cosecha relativamente menor a la de 2019, porque este fue un año seco, así que los bancos ofrecen menos financiamiento, y eso incide a que algunos productores elijan no sembrar.
“Hemos llegado a procesar unos cuatro millones de quintales, pero este año esperamos procesar un poco más de 3.5 millones de quintales. Eso depende de lo que hagan los productores en este momento, que es cuando comienzan a aparecer los hongos que afectan al cultivo”, refirió el productor.
Si bien el tema de los precios internacionales desvela a sus colegas de otros rubros, los maniseros se lo llevan más tranquilo, pues los precios son estables, explica Munguía, pese a que “hasta que sale la nueva cosecha se comienzan a hacer los contratos nuevos, pero creemos que estarán entre 25 a 25.5 dólares por quintal”.
El expresidente de Upanic explicó que la razón es que “el maní no es un commodity. Los nuestros son clientes tradicionales que nos han comprado por más de 25 años; conocen el tremendo estándar de calidad que tiene Nicaragua, y les interesa que este sea un negocio ganar-ganar”.