En nuestro país el éxito de una campaña agrícola depende en gran medida de la disponibilidad de agua de lluvia en momento y cantidad oportuna. Por esa razón existen técnicas agronómicas para eficientizar el aprovechamiento de las lluvias. Una de estas técnicas es sembrar cortando la pendiente, que consiste en trazar los surcos de siembra en dirección perpendicular a la pendiente del terreno siguiendo una línea de nivel.
Desde el Consejo Regional de Conservación de Suelos de Río Cuarto (CRCS) se busca que, a lo largo de las campañas, los productores vayan adoptando técnicas elementales como definir las líneas de siembra, con el objetivo de cuidar los recursos naturales y toda la infraestructura de la zona. “La línea cortando la pendiente es algo muy simple, perpendicular a la dirección en donde el agua fluye, es decir, cortando la dirección del agua”, explica el Ingeniero José Cisneros, miembro del Consejo.
Explica también que cuando la dirección del agua tiene varias pendientes hay que optar por el cultivo en curvas de nivel, que sólo implica cambiar las líneas de siembra y no tiene ninguna complicación para con las maquinarias que existen actualmente.
“Por supuesto que cuando las pendientes son muy fuertes los daños son más grandes, las pérdidas de suelos son mayores y entonces el productor tiene que adoptar técnicas que minimicen eso, porque es su deber social y comunitario, cuidar los recursos y minimizar los daños a las infraestructuras”, dice Cisneros.
En este sentido, desde el CRCS sostienen como principio básico que el agua que cae en un campo no salga hacia el campo vecino o hacia los caminos, sino que debe absorberse por completo. Una vez logrado eso, se optimizan otras cuestiones agrícolas como el control de las malezas y las dosis de fertilización.
Otras técnicas agronómicas
El punto fundamental en los sistemas productivos frente a estos escenarios climáticos tan agresivos es cuidar el agua que cae en el campo. Cisneros considera que las técnicas de cortar la pendiente, cultivo en contorno, en franjas, o en terrazas brindan una solución estructural de ordenamiento en el campo y permiten optimizar el uso del agua.
“Hay que reconocer que todo esto depende mucho de la topografía que tenga cada zona. En muchos lugares como por ejemplo en las cuencas entre los arroyos Carnerillo y Chucul, hemos visto que la pendiente tiene la dirección de este a oeste y los vientos predominantes son del sur. Entonces en esas condiciones el productor sigue pensando en sembrar cortando el viento y en dirección de la pendiente. Así está protegiendo el suelo de la erosión eólica pero está favoreciendo la erosión hídrica. Y en estas épocas de excesos hídricos hay que priorizar, en campos de siembra directa, el control de los escurrimientos”, enfatiza el ingeniero.
Por eso desde el Consejo asesoran en técnicas de siembre como éstas, y explican que “si no se puede sembrar en dirección perpendicular a la pendiente, por lo menos que se busque una línea que compense cortar el viento y cortar la pendiente”. Una cosa que, según Cisneros, es “absolutamente simple de hacer”.