En el cultivo de maní, la mayoría de los años, las plagas no son una amenaza importante, sin embargo ante determinadas condiciones climáticas, principalmente en años con escasas precipitaciones, la “arañuela roja” (Tetranychus urticae) se convierte en un problema en muchos lotes.
Esta plaga, en condiciones de períodos prolongados de sequía y elevadas temperaturas, manifiesta un rápido desarrollo y generaciones superpuestas, que en poco tiempo alcanzan importantes niveles de infestación.
Provoca dos tipos de daños: uno directo, caracterizado por la aparición de áreas cloróticas sobre el follaje, producto del lacerado de los tejidos, y otro indirecto, por la producción de tela, que contribuye a disminuir aún más el proceso fotosintético del cultivo.
“En la zona de Ucacha hay mucha arañuela en todos los lotes” le dijo a TodoManí un importante asesor agrícola de la zona y agregó que “el problema es que en las sojas de alrededor está lleno y no la combaten”.
El principal problema de la arañuela es que genera pérdida del área foliar, sumándole más estrés a la planta del que ya tiene por falta de agua y generando dificultades a la hora de transportar los fotosintatos a las cajas.
Si bien aun no se pueden cuantificar los daños, advierten que la situación es similar en todos los lotes de la región y que es necesario realizar un manejo integral, el monitoreo constante de la plaga y aplicar control químico cuando está en colonias pequeñas y todavía no hay tela.