Decidimos incluirlo, porque este tipo de manejos se repite en miles de lotes en la provincia de Córdoba, San Luis y La Pampa. Y lo hacemos a sabiendas de que siempre será más “noticiable”, la voladura de un campo.
El lote que es manejado por la empresa Los Algarrobos Semillas Hibridas, con base en Río Cuarto, ahora se encuentra desecado a la espera de ser sembrado en el transcurso de noviembre con sorgo cuyo destino es semilla hibrida.
Desterrando mitos
“El maní es un destructor de suelo” ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Incluso entre productores, arrendatarios, contratistas y técnicos agrícolas que ven al cultivo como una amenaza.
“Acá el maní hizo un desastre” dijo el playero de una estación de servicios en Hernando.
El monocultivo es la práctica que atenta contra la sustentabilidad de los sistemas de producción agrícola. Pero decir que un cultivo es malo por sí solo, no tiene justificación científica.
“El cultivo de maní tiene como característica principal enterrar sus frutos en el suelo y por ello hay que arrancarlos, es su fisiología. ¿Pero de ahí a decir que es un destructor de suelo? Hay que manejarlo bien como cualquier cultivo, una herramienta puede servir para dañar o arreglar algo” decía tiempo atrás Juan Manuel Cisneros, especialista en conservación de suelo.
Quizá cuando reflexionemos sobre los sistemas agrícolas deberíamos tener en cuenta también la desaprensión por parte de los propietarios de las tierras a que los productores hagan las tareas que corresponden técnicamente. Una siembra bajo cobertura de rastrojos, siembra de verdeos posterior a la arrancada y rotaciones cada cuatro años para evitar el problema de enfermedades, son parte de las prácticas comunes de un buen productor.
El maní lleva más de sesenta años en Córdoba, y en campos bien manejados, la noticia son buenos rindes.
Precios del Maní
