Argentina produce un millón de toneladas de maní al año, de ese total, el 85 por ciento proviene de la provincia de Córdoba Además es el tercer país exportador de maní del mundo y el principal proveedor de la Unión Europea, con ventas al exterior cercanas a las 700 mil toneladas que generan un ingreso de unos 1.000 millones de dólares anuales.
Pero la próspera industria del maní enfrenta un problema: la contaminación del producto con hongos de la familia Aspergillus que, en determinadas condiciones de humedad y temperatura, pueden producir sustancias químicas tóxicas denominadas aflatoxinas, riesgosas para la salud, tanto de las personas como de los animales. Su presencia, pueden generar el rechazo de las partidas para el consumo interno y para exportación, causando importantes pérdidas económicas.
El límite máximo de la toxina establecido por el Código Alimentario Argentino en maní es de 20 microgramos (µ) por kilo para aflatoxinas totales y 5 µ para aflatoxina B1. Las regulaciones externas, en cambio, admiten un rango de 2 µ a 20 µ por kilo, tomando como referencia las directrices del Codex Alimentarius.
A fin de que los laboratorios analíticos cuenten con una herramienta de control de las partidas, a nivel interno y externo, que les permita ofrecer garantía de inocuidad, el Instituto Nacional de Tecnología (INTI) realizó el primer interlaboratorio para determinar aflatoxinas B1 y B2 en maní. del que participaron doce establecimientos del sector público y privado.
«Este servicio permite a los laboratorios que trabajan en el sector validar sus métodos de medición y disponer de una herramienta accesible, económicamente viable. A nivel regional también implicará un ahorro significativo en los costos inherentes a la adquisición de los interlaboratorios del exterior, gastos de traslado, aduanas y ventajas respecto a los tiempos de adquisición», explicaron desde el INTI.
Para el ensayo se partió de una muestra contaminada naturalmente, que se liofilizó, homogeneizó y fraccionó para el envío a los laboratorios participantes. Se llevaron a cabo los estudios de homogeneidad y estabilidad según normas ISO.
«En el caso de Aflatoxina B1 se obtuvieron valores de z score satisfactorios para todos los participantes. Esto demuestra un alto nivel de resultados conformes, considerando la complejidad de la matriz y por tratarse de un primer estudio interlaboratorio», indicó el INTI.
Para el parámetro Aflatoxina B2, «como el número de resultados cuantitativos informados por los participantes fue menor a 10 y mayor a 6, se informó el promedio y la desviación estándar», señalaron. Los niveles de concentración de la Aflatoxina B2 en la muestra reflejaron un mayor desafío desde el punto de vista analítico.
Fuente: Clarin