Las hectáreas sembradas de maní en esta campaña mejoraron respecto a la anterior: suman unas 397.139 respecto a las 343.847 del ciclo 2022/23, según último informe semanal de Estimaciones Agrícolas de la Secretaría de Agricultura. Se registra un incremento en algunas zonas, en especial en la provincia de Buenos Aires en detrimento de La Pampa, donde una legislación regula las condiciones de siembra del cultivo.
Diego Yabes, presidente de la Cámara Argentina del Maní, explica que en general la zona cultivada se mantiene “estable” desde hace varias campañas, salvo la anterior. Se mueve entre 395.000 y 415.000 hectáreas.
Córdoba concentra entre 75% y 78% del área sembrada -es el centro de industrialización de la Argentina-, mientras que en Buenos Aires se hace alrededor del 12% de la producción. La Pampa perdió algunos puntos de participación por una legislación que establece que debe hacerse entre franjas de maíz para evitar la erosión eólica. En Entre Ríos el cultivo es marginal. “No hay cambios importantes en la distribución geográfica”, advierte Yabes.
Hasta el momento se acordó que no haya cambios en el esquema de retenciones del clúster. El proyecto original de la ley ómnibus enviada por Javier Milei al Congreso fijaba en 15% la alícuota, pero la última versión que tiene dictamen del plenario de comisiones indica que “se establecen en 0% para las economías regionales”. A su vez, se elimina la facultad del Poder Ejecutivo de poder subir los derechos de exportación. Solamente se mantiene la facultad para poder reducirlas.
El artículo 206 quedó redactado: “Fíjase en un cero por ciento (0%) la alícuota de derecho de exportación para todas las mercaderías correspondientes a los complejos exportadores que se consignan en el Anexo V al presente artículo. El Poder Ejecutivo Nacional identificará las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur correspondientes a cada complejo exportador incluidos en dicho anexo”.
“Quedamos iguales a cuando comenzó la siembra -dice Yabes-. Y es probable que parte del crecimiento del área cultivada este año se explique por eso: hasta septiembre estábamos gravados, después se sacaron”. Los maniseros reclamaron fuerte cuando se abrió la posibilidad de retenciones y advirtieron se afectaba la competitividad internacional con riesgo de pérdida de mercados internacionales, que quedarían en manos de países competidores como Estados Unidos, Brasil, Nicaragua, China e India, los cuales no aplican impuestos de este tipo y ,en el caso de alguno de ellos, hasta otorgan subsidios.
Los rindes aparecen buenos cuando todavía faltan dos meses y medio para la cosecha; hubo buenas condiciones climáticas, aunque con lluvias excesos en algunas zonas. La perspectiva es de una “buena cosecha”.
Los precios internacionales bajaron respecto del 2023 cuando por la mala performance de la Argentina que es el primer exportador mundial de maní de calidad y el séptimo productor. El año pasado, el aporte local cayó entre 35% y 40%.
Por Gabriela Origlia (La Nación)