Por una trilla más eficiente

La genética dio a luz variedades de mejor adaptación, las buenas prácticas de manejo como rotación, fertilización y el uso de inoculantes y fungicidas son otros pilares del buen desarrollo del cultivo. Incluso en la etapa de procesamiento, el sector industrial argentino es el más eficiente y equipado de todo el mundo.

Pero dada las condiciones climáticas que se presentan a la hora de la recolección del cultivo a campo, las máquinas cosechadoras también fueron mutando en busca de mayor calidad de trilla y más eficiencia operativa. Producto de la necesidad de tener un equipo que se adapte a estas condiciones fue motivo suficiente para el desarrollo de una cosechadora nacional.

Es así que en el año 1996, la firma comercial integrada por Eduardo Freytes y Héctor Stucky, bajo el nombre de Dehezamet comenzó a desarrollar una trilladora que se adecuara mejor a las características de la producción manisera argentina.

“En el año 96 comenzamos a fabricar cosechadoras maniseras y lo que nos llevó a hacerlo fue el ingreso de las maquinas americanas. Cuando se comienza a cultivar la variedad tipo Runner en Argentina, vemos que esto traía aparejado la necesidad de nuevos equipos, que se adapten a las necesidades y características de nuestros campos y por ello comenzamos a desarrollarlos. Se hizo un primer prototipo en sociedad con Geisbulher, quien actualmente se dedica a la fabricación de equipos para arrancado. Los comienzos fueron duros, con todos los desafíos que implica hacer una máquina sin experiencia” relata Héctor Stucky, socio propietario de Dehezamet.

Cuenta que por aquel entonces vinieron tres tipos de máquinas al país y que observaron los sistemas de trilla que tenía cada una, evaluaron sus virtudes y defectos, le sumaron la experiencia que tenían en la producción local y así nació una nueva generación de cosechadoras nacionales con el nombre de “Cobra”.

“Nuestra cosecha es diferente a la americana, fundamentalmente por el clima que hace que nosotros cosechemos en invierno cuando ellos lo hacen en verano. Aquí el cultivo al estar tanto tiempo tirado en el suelo con el embate de temporales y lluvias, adquiere un alto grado de putrefacción. Por eso buscamos máquinas con buenos sistemas de limpieza” explicó Stuky.

Cabe señalar que hay piezas de la máquina que son importadas como los rodamientos y los sistemas hidráulicos, pero lo demás se fabrica todo en la planta que la firma posee en el Parque Industrial de General Deheza. Fruto del constante desarrollo y acompañando la evolución de la producción manisera es que este año están lanzando al mercado la nueva Cobra Evo 3.

Sobre el desarrollo de este nuevo equipo, Hector Stucky comentó: “Debido a los rindes del maní que en estos últimos años se han ido incrementando gracias a las buenas prácticas de manejo, la Cobra Evo 3 tiene una cinta de descarga de mayor capacidad, hemos reforzado sus ejes, cuenta con una mayor capacidad de trilla, un eficiente sistema de limpieza que asegura una recolección de calidad y prácticamente no tiene rotura de cajas por las bajas vueltas de los cilindros. Con respecto a la velocidad, es una máquina que la podemos hacer caminar a unos 7km, lógicamente va a depender de los rindes y de la tierra que haya en los surcos, pero en condiciones óptimas es un equipo que hace unas 40 hectáreas por día”.