¿A qué velocidad se debe arrancar el maní?

Con el objetivo de ahorrar tiempo y superar las inclemencias climáticas los productores o contratistas a menudo aumentan las velocidades a la hora del arrancado, pero esto puede reducir el rendimiento, dijo Kendall Kirk, experto de la Universidad de Clemson. Por el contrario, conducir demasiado despacio puede dividir las plantas y aumentar los costos.

Es importante aclarar que existen grandes diferencias entre la producción de maní en Estados Unidos y Argentina. Sin embargo, es importante tener en cuenta los datos que arroja el trabajo elaborado por Kendal Kirk, a los fines de mejorar la eficiencia de arrancado y posterior cosecha del maní.

"A medida que se arranca más rápido el costo de la operación, principalmente su costo de mano de obra, disminuye porque puede terminar el trabajo más rápido. Pero ese ahorro es relativamente pequeño en comparación con la pérdida de rendimiento al arrancar a velocidades más altas", Dijo Kirk al hacer una ecuación costo-beneficio.

Mientras el arrancador desentierra las plantas, una cuchilla en la parte inferior de una cinta transportadora corta las raíces de la planta y corta la tierra para dejar las plantas de maní en el suelo para recogerlas más tarde. La velocidad de este proceso importa. El maní que queda bajo tierra o desprendidos de las plantas no se pueden recolectar.

Para establecer una velocidad óptima de arrancado, Kirk probó diversas velocidades del suelo y del transportador cuando arrancaba maníes tipo Virginia en el Centro de Investigación y Educación Edisto de la Universidad de Clemson, en Blackville.

De acuerdo con su estudio, la velocidad de avance óptima para arrancar maníes es de 3 a 4 kilómetros por hora. Por cada kilómetro por hora por encima de esa velocidad objetivo, las pérdidas al momento de la arrancada aumentaron 200 libras (90 kg) por acre (0,40 hectáreas).

Los productores también deben sincronizar la velocidad de la cadena vibratoria de su arrancadora, o cinta transportadora, con su velocidad de avance. Si conduce 3,2 kph, por ejemplo, la cinta transportadora debe ajustarse a una velocidad similar. Una cinta transportadora que corra aproximadamente un 20 por ciento más rápido que la velocidad de avance puede provocar una pérdida de rendimiento de 100 a 200 libras (45 a 90kg) por acre (1 hectárea = 2.48 acres), dijo Kirk.

El rendimiento promedio de maní por acre en Carolina del Sur el año pasado fue de 3.300 libras (37 quintales por hectáreas), según el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas. Los productores en el estado cosecharon cerca de 350 millones de libras de maní ese año por un valor de más de u$s65.7 millones. Kirk realizó el estudio a pedido de los productores de maní de Carolina del Sur que buscaban optimizar las ganancias.

Al establecer sus velocidades de arrancado, los productores deben tener en cuenta varias variables, en particular las condiciones del suelo.

Imágenes de la Universidad de Clemson

"Deben usarse velocidades más lentas donde las pérdidas por arranque son más probables, como con vainas más grandes, madurez sub óptima, suelos más pesados y más secos. Conducir demasiado lento reducirá su capacidad de arrancar de manera oportuna, pero conducir demasiado rápido puede causar mayores pérdidas de rendimiento" finalizó Kirk.

A demás de las condiciones climáticas y las características de los suelos, una de las principales diferencias entre la producción de maní de ambos países radica en quien realiza las labores y sobre que superficie.

Los productores maniseros norteamericanos cuentan con una buena cantidad de equipamiento respecto de las hectáreas que deben trabajar. Por ejemplo, en Georgia un productor de 150 hectáreas tiene la posibilidad de levantar su producción en un par de semanas ya que cuenta con equipos propios y no se está obligado a apurar la marcha para seguir haciendo hectáreas.

En argentina, la producción es levantada mayormente por contratistas que deben afrontar grandes cantidades de hectáreas por campaña (desde 600 a 1000 hectáreas) y que si se toma en cuenta los últimos años con excesos hídricos que afectaron los campos como así también la red de caminos secundarios y terciarios, hace más difícil aun la eficacia del trabajo.  

“Enterramos 10 veces en 20 hectáreas” le señaló a éste medio un contratista por allá por el mes de septiembre a la vera de la ruta provincia N°4 en el ingreso de la localidad de Etruria. Regresaban a casa luego de 4 meses de cosecha.