Brasil: El maní crece de la mano del asociativismo

La gira manisera que estuvo organizada por Industrias Colombo, una empresa Brasileña dedicada a la fabricación de implementos y maquinarias agrícolas, se centró en el estado de San Pablo, región donde el principal cultivo es la caña de azúcar y toda la inversión y desarrollo de la industria está orientado en ese sentido. Sin embargo, desde hace varios años se incorporó el maní en aquellos lotes que se desocupan como un complemento a la rentabilidad.

 

El negocio cierra

La caña de azúcar es el cultivo que convirtió a Brasil en el mayor productor y exportador a nivel mundial. En la actualidad, solo en el estado de San Pablo más de 5 millones de hectáreas son destinadas a su producción. Se hacen cinco o seis cortes antes de la reforma del canavial, durante un periodo de corte que va de seis a siete meses, y dependiendo de las campañas, desocupa el lote casa 5 o 6 años.

 

Y allí ingresa el maní, un cultivo que hace cincuenta años atrás contaba con una superficie total estimada en las 500 mil hectáreas y que por diversos motivos, uno de ellos la llegada del cultivo de soja, perdió superficie de manera violenta. De la mano de productores emprendedores y cooperativas que vieron en el cultivo un gran potencial productivo y económico, comenzó a recuperar superficie.

 

En la actualidad, el maní representa unas 150 mil hectáreas con una producción que está por encima de las 400mil toneladas de maní en grano, y el hecho de que regrese al lote cada siete años es un beneficio desde el punto de vista sanitario al impedir el desarrollo de enfermedades como hongos de suelo o incluso, malezas.

 

La gira comenzó en la ciudad de Sertãozinho, lugar donde se encuentra Copercana, una cooperativa agrícola que produce unas sesenta mil toneladas de maní en caja con 45 productores asociados que representan una 14.000 hectáreas de producción.

 

“Es una cooperativa mixta que trabaja con varios cultivos como la caña, soja, maíz y maní. Provee  insumos para la producción como fertilizantes, defensivos e incluso maquinaria, y hasta cuenta con supermercados y estaciones de gasolina. En la actualidad, el cultivo de maní representa un 11% de la facturación total y es procesado de manera tercerizada con dos empresas de la región. De la producción total, una parte es destinada a la exportación y la otra se destina al consumo interno de la mano de la industria confitera” explica Augusto Strini, gerente de la unidad de grano de la cooperativa.

 

Otra de las cooperativas visitadas fue Coplana, enclavada en la ciudad de Jaboticabal. Con 120 socios que representan unas 20.000 hectáreas y una capacidad de procesamiento de 90.000 toneladas, es una de las más importantes del estado de San Pablo.

 

“Este año recibimos unas 76.000 toneladas de maní en cáscara, de las cuales el 60% de la producción es destinado a la exportación, cuyo principal mercado es la Unión Europea, y el resto al mercado interno” describe Valdeci Malta, gerente de producción de maní de la cooperativa.

Valdeci describe que los grandes productores maniseros cuentan con una superficie de entre 800 y 1000 hectáreas pero que representan el 20% de la superficie, por lo que la mayoría de los asociados que remiten su producción a Coplana son medianos y pequeños productores.

“En la planta de procesamiento que tenemos en Jaboticabal realizamos la prelimpieza, almacenado, descascarado y su correspondiente clasificación. Una parte de la producción se destina a blancheado y otra a maní tostado. Queremos incursionar en la pasta de maní y por ello hemos desarrollado una pequeña planta cuya producción será destinada a algunos clientes que tenemos en Brasil y a los mercados internacionales” comenta.

 

La característica del sistema de producción de las cooperativas visitadas es que ninguna de ellas es productora. Todo el maní que procesan proviene de pequeños y medianos productores asociados a los que dota con insumos como semilla, fertilizantes y fitosanitarios.

 

Aflatoxina, el mayor desafío

En la actualidad la aflatoxina es unos de los mayores inconvenientes con los que se topa la industria procesadora, de hecho hace un tiempo, la Unión Europea detectó problemas en una de las cargas y puso mayores barreras sanitarias que las empresas deberan cumplir para poder seguir exportando.