La enfermedad que ataca las vainas de la oleaginosa, con una masa negra de esporas en el lugar de los granos, preocupa a los productores brasileños. Aunque aún no ha sido detectado en cultivos comerciales en el vecino país, ha causado serios perjuicios en Argentina, que van desde el aumento de los costos de producción y caída en la productividad, a la restricción en la importación del producto por algunos países.
Según un artículo publicado en la Revista Cultivar, Embrapa inició un estudio para mapear las áreas de producción a los fines de comprobar si hay presencia del hongo en los campos. Dicho relevamiento está realizando junto a los productores con el apoyo de entidades del sector, para determinar si hay presencia del patógeno en los cultivos comerciales y, en caso constatado, definir medidas para evitar su dispersión.
"La intención es muestrear las áreas de producción de maní de Brasil, con énfasis en el estado de São Paulo, buscando detectar o no el agente causal, y con base en esas informaciones proporcionar subsidios necesarios para que las autoridades competentes puedan actuar", le explicó el investigador de la Embrapa, Dartanhã Soares, que coordina la iniciativa.
Proteger a Brasil de embargos
Uno de los posibles desdoblamientos del estudio, si el patógeno no es detectado, es declarar las áreas de producción de la oleaginosa en Brasil como libres de la enfermedad, lo que impactar directamente la cadena de exportación del almidón brasileño.
Soares cuenta que, con la reciente divulgación de las elevadas pérdidas de producción ocasionadas por el carbón del maní en Argentina, algunos países productores y exportadores, como Australia y Estados Unidos, emitieron alertas imponiendo barreras fitosanitarias al producto argentino, brasileño, y de otros países de América Latina. "Si bien no existen evidencias de que ese patógeno esté presente en cultivos comerciales de Brasil, faltan estudios sistemáticos que demuestren esa premisa”.
Enemigo cercano
El investigador relata que el hongo fue descubierto a partir de muestras de maní salvaje recogidas en Mato Grosso do Sul, en la década de 1960. "A pesar de ello, hasta la actualidad, no existen relatos de la presencia de daños causados en la producción manisera brasilera” observa.
La enfermedad sólo fue detectada en cultivos comerciales de maní en Argentina a partir de la cosecha 1995/1996 y, desde entonces, viene causando serios perjuicios. "Estudios recientes muestran que el patógeno está presente en prácticamente el 100% de los cultivos de producción de maní de Argentina, ocasionando en algunos casos, pérdidas superiores al 50%", cuenta Soares. "Una vez que Brasil importe semillas de maní de la Argentina, es necesario que se adopten medidas preventivas para reducir los riesgos de introducción de ese patógeno en áreas comerciales de maní de Brasil", alerta el investigador.