El Circuito de Maní es el evento más importante de la cadena manisera en el mundo hispano-parlante y cada dos años, a fines de marzo convoca a productores, técnicos, empresarios e investigadores de todo el país y el mundo. Por ello, en este 2016 no fue casual que en su policrómico paisaje, pudiera verse a productores de Paraguay, Bolivia y Chile, y a un investigador de renombre mundial, el fitopatólogo Abraham Fulmer, quien revista en la Universidad de Georgia.
Para la cadena del maní argentino, Estados Unidos es un faro, ya que allí se han generado verdaderas bisagras de la historia del maní, como la variedad runner o los materiales alto oleico. Sucede que el país del norte tiene más de cien años de investigación en el cultivo, y la Universidad de Georgia es el nodo de la investigación en maní, cultivo que es abordado desde diversos lugares. En ese lugarse recibió y actualmente trabaja Fulmer, quien estuvo de visita por Córdoba en el marco del Circuito del Maní.
TodoManí: ¿Ya habías visitado Córdoba?
Abraham Fulmer: No. Es la primera vez que vengo al Circuito del Maní y me alegra mucho. Muchos de los ingenieros agrónomos que están aquí visitaron los Estados Unidos y puntualmente nuestro Georgia Peanut Tour y a partir del 2011 tomamos contacto con ellos y con el ingeniero Ricardo Pedelini.
TM.: ¿Qué enfermedades ocupan tu tiempo en EE.UU.?
AF.: Entre las enfermedades que investigamos la principal es la Viruela del Maní. Aunque en este momento en Estados Unidos la enfermedad número uno para nosotros es la Sclerotium Rolfsii causada por un hongo de suelo. Mi trabajo está vinculado a la viruela, aunque también debo incorporar algunos aspectos en enfermedades del suelo.
TM.: ¿Cuál es el objeto central de la investigación que viene realizando en viruela?
AF.: Lo que sucede históricamente en EEUU, es que hemos tenido que hacer hasta siete aplicaciones de fungicidas por problemas sanitarios. Pero con los últimos trabajos, hemos visto que podemos aplicar tres o cuatro veces, sin bajar los rendimientos. Para hacer eso hemos investigado el desarrollo de la enfermedad determinando el momento en el que comienza exactamente su desarrollo, tanto la viruela temprana como la tardía. Si podemos predecir eso, podemos saber los momentos en que tenemos que aplicar, posponer un fecha o incluso realizar menos aplicaciones.
TM.: ¿Les preocupa el número de aplicaciones?
AF.: Claro que sí. Hemos hecho ensayos a campo con resultados muy precisos y en donde pudimos comprobar que con cuatro aplicaciones obtenemos el mismo resultado que con siete.
TM.: Viruela temprana vs. Tardía ¿Cuál tiene más impacto en la producción?
AF: Es una excelente pregunta porque hasta ahora parecía que la temprana era la más importante en Georgia, pero la tardía ha comenzado a cobrar relevancia. Si bien depende de la variedad que siembre el productor, ambas viruelas pueden bajar los rendimientos hasta un setenta por ciento.
TM.: ¿Qué resultados obtuvieron del mejoramiento genético?
AF.: Gracias al desarrollo de nuestros breeder de maní hemos conseguido variedades con resistencia al virus del bronceado (Tomatospottedwilt virus o TSWV), que se propaga vía trips. Sin embargo, todavía no hemos desarrollado demasiada resistencia para la sclerotiumrolfsii y la viruela.
TM.: Nos comentaste que parte de tu tiempo estas en Haití, ¿Qué haces allí?
AF.: En Haití hacemos investigaciones con el cultivo, porque si bien ellos hace muchos años que siembran, tienen mucho problema de enfermedades como la roya o la viruela, y como no tienen tecnología para hacer aplicaciones de productos fitosanitarios, estamos investigando variedades que sean más tolerantes.
TM.: ¿Los haitianos son consumidores de maní?
AF.: Claro que sí. Haití es un país con altos niveles de hambruna y desde hace algunos años desarrollaron un producto denominado MedikaMamba, que es una pasta de maní medicinal que se le da a los niños desnutridos por la gran cantidad de proteínas que tiene.