La semana pasada, en el marco de la Jornada Nacional del Maní, un equipo de ingenieros agrónomos del INTA Manfredi integrado por Facundo Jesús Méndez, Juan Pablo Vélez, Diego Fernando Mathier, María Soledad Puechagut y Fernando Miguel Scaramuzza, presentó un estudio que refleja la situación actual del parque de maquinarias con las que se realizan las tareas de siembra, arrancado y cosecha de maní en Córdoba.
La metodología del estudio consistió en un relevamiento realizado mediante una encuesta electrónica a más de 150 productores, asesores técnicos y contratistas de servicios que realizan su actividad en la provincia de Córdoba, en el período comprendido entre noviembre y diciembre de 2018.
Se consultó sobre el parque de maquinaria utilizado en el transcurso de todo el ciclo productivo 2017/18 (tipo de máquina, cantidad de hectáreas que realiza cada una, modelo y equipamiento de tecnología de agricultura de precisión) y sobre percepciones acerca de las problemáticas mencionadas previamente y la situación actual del sector.
En relación con las percepciones de los encuestados, se destaca que las actividades de arrancado y cosecha son realizadas fuera de término y son las responsables de pérdidas de rendimiento y calidad. En cuanto al parque de maquinaria se obtuvieron los siguientes resultados por tipo de tarea.
Siembra
El 95% están configuradas con un distanciamiento entre surcos de 70 centímetros. El 60,4% están equipadas con sistema distribuidor mecánico de placa inclinada, un 30,4% con distribuidor neumático y un 8,9% con placa horizontal. El 61% realiza las operaciones de siembra con piloto automático.
Arrancado
El 54% de las arrancadoras son simples y trabajan el 35% de la superficie relevada; el 20 % son dobles y trabajan el 22% de la superficie y el 26% son triples y trabajan el 43% de la superficie. La antigüedad promedio depende del tamaño; las simples y dobles poseen una edad promedio de 16 años y las triples, de 9 años. La tendencia es que las dobles sean reemplazadas por las arrancadoras triples y las simples mantengan un rol importante como complemento para la culminación de las tareas en el campo, ya que éstas van apoyando las labores de arrancado principalmente de las triples.
En cuanto al origen de las arrancadoras el 98% son de industria nacional. Del total, el 45% utiliza timón fijo como control de profundidad, un 32,9% con timón flotante y rueda copiadora fina y sólo un 18,3% utiliza timón flotante con rueda copiadora ancha. De las 283 máquinas relevadas, sólo 93 (32,8%) utilizan piloto automático. El 63,9% de las arrancadoras triples son utilizadas con piloto automático, le siguen las dobles con un 33,3% y luego las simples con un 11,3%.
Durante el arrancado, una de las prácticas recomendadas es la medición de pérdidas mediante muestreo con aros de alambres; el 55% de los encuestados que posee arrancadoras, realiza esta práctica.
Cosecha
En cuanto a la antigüedad de las cosechadoras, el 76% tiene más de 10 años. Por otra parte, se observa que las cosechadoras simples, con una edad promedio de 22 años, son las menos actualizadas; el 30% de las cosechadoras con esta configuración registra entre 30 y 50 años. En cuanto a las de arrastre, su antigüedad es menor, con modelos mayormente entre 1990 y 2010. Las 9 cosechadoras triples relevadas poseen una edad promedio de 15 años, no registrándose nuevas incorporaciones con esta configuración durante la última década.
De las cosechadoras simples autopropulsadas, el 47% tiene una antigüedad de 30 a 50 años. Entre las cosechadoras dobles sólo un 8% es autopropulsada, mientras que las triples, de 9 cosechadoras relevadas sólo una es de arrastre.
Mucho por hacer
En conclusión, si bien mucho de los productores y contratistas han incorporado tecnologías de precisión para eficientizar las labores de siembra, arrancado y recolección como piloto automático y distribuidor neumático, la antigüedad del parque de maquinaria es evidente.
Si se considera que una máquina con más de 10 años manifiesta obsolescencia tecnológica, el parque relevado supera ampliamente este plazo. Esto manifiesta un problema de reinversión en maquinaria y sería importante evaluar las causas.
Por otra parte, se observa que, de los contratistas que realizan las tareas de arrancado y cosecha, el 70% realiza ambas tareas y de ese porcentaje el 52% emplea el mismo tractor para las dos actividades; esto permite inferir que en una gran superficie las plantas ya arrancadas permanecen en el lote por más tiempo que el recomendado debido a la falta de tractores/operarios, lo cual influye en la calidad del cultivo cosechado.
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