Sclerotinia Minor es un patógeno de suelo que afecta al cultivo de maní y produce grandes pérdidas. Es un micelio algodonoso que produce unos esclerosios negros pequeños que permiten diferenciarlo de otros patógenos. Afecta principalmente a las ramas y cuando ataca a la corona o rama madre, produce la mortandad de la planta. Generalmente se lo encuentra hacia el final del ciclo, cuando se avizora sintomatología de necrosis de plantas lo que indica que el hongo ya ingreso.
“Le gustan las temperaturas templadas y ambientes húmedos, por lo que en esta campaña hemos tenido condiciones favorables para su desarrollo” -explica la fitopatóloga y agrega-“Al ser un patógeno de suelo es muy difícil su control químico por lo cual la resistencia genética es una de las principales herramientas para su control”.
El objetivo del trabajo que realiza INTA es comparar distintos materiales pre-comerciales que tienen características de resistencia frente a la enfermedad para generar información valiosa, que luego será transmitida al equipo de mejoramiento genético para los posteriores cruzamientos y llegar al mercado con un material resistente a la enfermedad.
El manejo sigue siendo primordial
Mientras desde INTA siguen trabajando para encontrar una variedad resistente, los técnicos recomiendan respetar las rotaciones y el uso de cultivos de servicio. “En los ensayos en el infectario hemos visto que volviendo al mismo sitio después de 4 años el inóculo disminuye por lo que la rotación sigue siendo primordial. Otra herramienta es el uso de gramíneas o cultivos de servicio a la salida del maní, lo que ayuda a disminuir la presencia del patógeno” explica Rodriguez.
Precios del Maní
