Prodeman, una empresa de General Cabrera, líder en la producción de maní en Argentina, comenzó a fabricar ladrillos con la ceniza que quedaba de la cáscara de este producto.
“Somos productores agropecuarios, industrializamos maní con una marca con valor agregado y exportamos”, explicó a Cadena 3, Guillermo Cavigliaso.
De hecho, hace un año, comenzaron a usar la cáscara del maní para hacer energía, y ahora, a raíz de la ceniza que surge de esa quema es que se les ocurrió la posibilidad de fabricar ladrillos ecológicos para la construcción de viviendas sociales.
Ingenieros de Río Cuarto les acercaron la idea de cómo aprovechar ese pasivo ambiental en ladrillos, que permitan luego desarrollar proyectos en la construcción.
“Trabajamos en el desarrollo de un bloque compactado, estamos con alternativas y formulaciones. No logramos todavía el ideal, pero seguimos trabajando para dar la mejor calidad al producto”, señaló.
Según precisó, los ladrillos tienen una formulación de ceniza y otros componentes que se usan para su fabricación en el mercado, y esperan producir el equivalente a 12 viviendas tipo al mes.
“El objetivo es eliminar este pasivo de la quema de la cáscara con un componente social muy fuerte, porque el objetivo es utilizar los ladrillos para la construcción de un plan de vivienda, para colegios y tener un ladrillo de muy bajo costo”, resumió.