Desde Córdoba, zona tradicional manisera con más de 250 mil hectáreas intervenidas, el cultivo se expandió a San Luis y La Pampa; y, desde hace unos años, se registra un importante incremento del área sembrada en el oeste bonaerense.
Según datos del Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) el área sembrada en la provincia de Buenos Aires en la campaña 2022-2023 fue de 39.376 hectáreas, lo que representa el 11,69% de la superficie, con 77 productores.
“El maní se viene posicionando bien en nuestra zona. Los campos medanosos y pocas lluvias son excelentes para su cultivo”, explicó a Democracia la titular de la Federación Agraria filial Junín, Rosana Franco.
“Es un cultivo altamente rentable porque se procesa en un 80% y se exporta. Además, tiene un bajo derecho de exportación. Llegó a la región para desplazar a la soja y el maíz dado a que pagan buenos alquileres”, afirmó. Pero aclaró que “la soja sigue estando a la vanguardia de siembra y exportación”.
Según informó, que actualmente “el cultivo está en desarrollo de crecimiento”, y que “necesita menos agua que la soja”.
En cuanto a su comercialización, Franco dijo que se exporta “como aceite, pasta, maní en confitura o salado y mantequilla”. Además, resaltó que la cáscara sirve como alimento para ganado.
“No tiene retenciones”
Al respecto, el presidente de la Sociedad Rural Junín, Andrés Moutous, afirmó que “el maní fue ganando terreno por una cuestión de competitividad económica, ya que el valor de la tonelada es altísimo, no tiene retenciones y eso permite por ahí pagar alquileres de los campos muy superiores a lo de un alquiler de una agricultura más convencional para la zona, como sea soja, maíz, trigo o girasol.
Si bien ha ido ganando terreno, “tampoco es un cultivo para que lo hagan todos los productores, ya que las empresas productoras de maní son las mismas empresas que lo tienen, lo venden en la industria. O sea, esas mismas empresas hacen toda la cadena completa, por eso no es un cultivo para que desarrolle cualquier productor, pues no tiene un mercado abierto”, subrayó.
“Ha ganado terreno por una cuestión de competitividad económica en los alquileres básicamente”, finalizó.
Una situación muy ventajosa
Por su parte, el prosecretario de Carbap, Gustavo Frederking, recordó a este diario que “el maní arrancó en Córdoba, pasó a La Pampa y hoy está en la provincia de Buenos Aires. Hoy circulás por la Ruta 7, en Junín, y ves mucho maní”.
“Hay que destacar que compite en una situación muy ventajosa contra los otros cultivos, Porque, en una economía como la Argentina, es una ventaja enorme estar en una actividad que tiene 0% de retención contra un 33% de soja. Eso hace que, al tener más rentabilidad, se haya expandido. Distinto sería si la soja tuviera 0% de retención”, informó.
“Es verdad que, además, hay una situación de ventaja en lo que hace a la sequía, ya que es más resistente. Pero a la vez, el maní, de alguna forma, rompe más la tierra. Si uno es muy conservacionista, habría que ver bien el manejo que hace, cómo lo hace”, agregó.
Hay que tener en cuenta que no existe producción propia de maní y que los campos se alquilan para ese cultivo “porque se necesitan maquinaria, sembradoras y cosechadoras especiales. Entonces, normalmente, no lo puede hacer cualquiera. Lo hace alguien que alquila campo”, aclaró.
“Y siempre te lo alquilan a tres o cuatro años, porque el maní, en tal lote, se puede hacer un año sí, y dos no que es cuando hacen soja, u otro cultivo. Pero hay productores que no quieren hacer maní porque consideran que no cuidan la tierra”, concluyó.
Campaña 2023-2024
Las hectáreas sembradas de maní en esta campaña mejoraron respecto a la anterior: suman unas 397.139 respecto a las 343.847 del ciclo 2022/23, según el último informe semanal de Estimaciones Agrícolas de la Secretaría de Agricultura. Se registra un incremento en algunas zonas, en especial en la provincia de Buenos Aires en detrimento de La Pampa, donde una legislación regula las condiciones de siembra del cultivo.
Diego Yabes, presidente de la Cámara Argentina de Maní, explica que en general la zona cultivada se mantiene “estable” desde hace varias campañas, salvo la anterior. Se mueve entre 395.000 y 415.000 hectáreas.
Córdoba concentra entre 75% y 78% del área sembrada -es el centro de industrialización de la Argentina-, mientras que en Buenos Aires se hace alrededor del 12% de la producción. La Pampa perdió algunos puntos de participación por una legislación que establece que debe hacerse entre franjas de maíz para evitar la erosión eólica. En Entre Ríos el cultivo es marginal. “No hay cambios importantes en la distribución geográfica”, advierte Yabes.
Los rindes aparecen buenos cuando todavía faltan dos meses y medio para la cosecha; hubo buenas condiciones climáticas, aunque con lluvias excesivas en algunas zonas. La perspectiva es de una “buena cosecha”.
Los precios internacionales bajaron respecto del 2023 cuando por la mala performance de la Argentina que es el primer exportador mundial de maní de calidad y el séptimo productor. El año pasado, el aporte local cayó entre 35% y 40%.
Cabe recordar que los maniseros reclamaron fuerte cuando se abrió la posibilidad de retenciones y advirtieron que se afectaba la competitividad internacional con riesgo de pérdida de mercados internacionales, que quedarían en manos de países competidores como Estados Unidos, Brasil, Nicaragua, China e India, los cuales no aplican impuestos de este tipo y, en el caso de alguno de ellos, hasta otorgan subsidios.
Fuente: Diario Democracia