La genómica como instrumento para la evolución

Organizada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Centro de Ingenieros Agrónomos de General Cabrera y Zona, la jornada nacional del maní lleva más de treinta años revalorizando la labor de los técnicos e investigadores que trabajan en la búsqueda de herramientas que permitan mitigar el impacto de las problemáticas que atentan contra el buen desarrollo del cultivo.

 

Y como se lo había anunciado, ésta fue la edición del mejoramiento genético, con un panel central del que participó el doctor Guillermo Seijo, director del IBONE y el investigador que ha logrado sentarse a la mesa de los referente mundiales en el tema genómico.

 

En su presentación, el especialista que forma parte del consorcio de investigadores del genoma del maní hizo un poco de historia y explicó que los restos arqueológicos datan que el origen del maní cultivado se produjo hace unos diez o quince mil años. A partir de allí se diversificó por todo Sudamérica y precolombinamente se dispersó por Asia y África.

 

 “El maní cultivado como un tetraploide, tal como lo conocemos hoy, surgió en las huertas de los primitivos habitantes de América, obviamente que desde la aparición de ese maní tetrapliode hasta el maní cultivado pasaron miles de años de domesticación” señalaba Seijo.

Recientemente, Argentina ha ingresado al Consorcio del Genoma del Maní donde un grupo de investigadores, entre ellos el Dr. Guillermo Seijo, presentan investigaciones y desarrollos en respuesta a las problemáticas o desafíos del maní.

 

“La ventaja de Argentina es que tenemos el germoplasma conviviendo con nosotros, entonces lo que tenemos es la posibilidad de rescate “in situ” de genes, probarlos en diferentes agro ecosistemas y el conocimiento de haber manejado las razas locales desde hace ochenta años” cerró.

 

El panel de mejoramiento genético se completó con los breeder de Criadero El Carmen, ingeniero Juan Soave y Jorge Baldessari del INTA Manfredi. “Hemos venido a presentar las novedades que han surgido del trabajo en nuestro criadero, quizá la que más despierta inquietud entre los asistentes son los avances de una variedad resistente a carbón del maní” comentó Soave.

 

En el criadero El Carmen, en marzo del corriente se presentó una línea que actualmente está en etapa de multiplicación y que como lo señalaba Soave “Creemos que en la campaña 2018/19 podremos tener semilla de esta variedad tipo runner, alto oleico y con resistencia a carbón del maní. Esto no surgió de un día para el otro, si bien es el primer paso que damos en éste sentido en el criadero tenemos una gran cantidad de genotipos con altísima tolerancia a carbón e incluso mejores condiciones agronómicas que el que sacaríamos ahora”.

 

Para tener dimensión, cuando se habla de resistencia a carbón los ensayos en el Criadero El Carmen han demostrado que cuando un granoléico se enferma entre un 60-70% de vainas con carbón, las líneas que se están actualmente multiplicando ninguna supera el 1%.

 

Acortar ciclos para ganar tiempo

Por el lado del INTA Manfredi, se presentaron novedades del programa de mejoramiento genético que comanda el Ingeniero Jorge Baldessari. Programa del que surgió ASEM 400, una variedad de ciclo corto y buen potencial de rendimiento que permite cerrar el ciclo bastante más temprano, anticipándose a las precipitaciones que en el caso de las últimas campañas, convirtieron la cosecha en una verdadera odisea.

“Tenemos una par de materiales nuevos, uno de ellos tan precoz como ASEM 400 pero de mayor rendimiento, el problema es que la semilla es ligeramente más grande y el límite es el runner. El rendimiento es una relación entre tamaño y peso de semilla, el tema en maní es que la industria le pone un límite porque comercialmente es más difícil venderla. Generalmente Europa que es nuestro mayor comprador pide un runner intermedio (40-0 granos por onza)”.

 

Además, presentó una línea que tiene tolerancia a sclerotinia y muy buen rendimiento, y otras con resistencia a hongos y a nematodes.