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Los Maglione, una familia con historia manisera

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La empresa Maglione tiene desde hace 50 años una secuencia que incluye al cultivo en campos propios. Esta compañía que tiene su central en Las Junturas, Departamento Río Segundo, siembra cuatro mil hectáreas con maní y respeta rotaciones sustentables.


 

Hace 14 días que el maní fue sembrado y su evolución muestra un poder de germinación superior al 80 por ciento, y con chances aún de ofrecer una población mayor. Se trata de un lote de 43 hectáreas ubicado en Las Junturas (departamento Río Segundo), que volvió a recibir al maní luego de cinco años. Esa es la secuencia de rotación que la empresa Maglione Hermanos viene desarrollando desde hace 50 años sobre los campos propios que destina al cultivo industrial. Un ejemplo a replicar en los modelos agrícolas, dentro de los cuales el maní puede tener una participación de manera sustentable.

“Estamos implementando una secuencia que tiene turno para el maní cada cinco años. Por lo general, luego del maní se hace trigo para obtener cobertura”, aseguró Hugo Zanellato, asesor técnico y director de la empresa Maglione, dedicada a la producción, industrialización y comercialización de maní confitería y blancheado.

Antes de volver a recibir al maní, el lote que recorrió La Voz del Campo tuvo como antecesores inmediatos al sorgo, maíz y a una doble secuencia de soja. Las pasturas también ocupan su lugar dentro de esa rotación, debido a que la empresa cuenta además con una unidad de producción ganadera.

Paquete a medida
Esa periodicidad de incluir al maní cada cinco años no fue casual. Fue como consecuencia de la experiencia y de ir probando diferentes secuencias. “Respetando esa rotación se han obtenido mejores resultados que con monocultivo, o con una sucesión más estrecha”, comentó Zanellato.
Hace más 30 años, recuerda el asesor técnico, el maní en la zona se intercalaba sólo con sorgo, debido a que el cereal se usaba también con fines ganaderos, o directamente bajo un esquema de monocultivo.

“Esto terminó generando la aparición de enfermedades fúngicas en los suelos que obligaron a trasladar la producción del grano hacia el sur”, admitió Zanellato.

Si bien entre 80 y 90 por ciento del maní ya se realiza en siembra directa, las labores de arrancado dejan la tierra expuesta a las posibilidades de problemas de erosión y deterioro del suelo, efectos que se neutralizan con una rotación sustentable.
En una secuencia cada cinco años está comprobado, además, que la permanencia de patógenos fúngicos en el suelo se reduce a su mínima expresión. La excepción suele ser los campos alquilados, donde la falta de un esquema agrícola hace que la sanidad del cultivo pueda verse en peligro.

Bajo condiciones de labranza conservacionista, el cultivo antecesor que mejor se adapta a la siembra de maní es la soja, debido a que su rastrojo es más bajo y se puede trabajar mejor con la sembradora. Si los que anteceden al maní son el sorgo o el maíz, la preparación del lote para la siembra puede requerir un mínimo de laboreo, para picar el rastrojo y luego esperar hasta que se descomponga esa materia orgánica.

Hace ya varios años que la industria manisera, en sociedad con algunos productores, se viene ocupando de las labores de originación del maní. Su crecimiento y desarrollo en capacidad instalada, para abastecer la demanda internacional, la obligó también a dedicarse a la producción del grano. Actualmente, de las 260 mil hectáreas con maní que se siembra en la provincia, casi el 80 por ciento corresponde a la industria. El resto a productores independientes.

“El productor en campo propio puede ser mucho más eficiente que la empresa a la hora de producir maní. Nadie como él conoce los lotes y llegado el momento de la toma de decisiones, por ejemplo el arrancado que es una etapa crítica, puede hacer que su producción tenga más calidad”, resaltó Nicolás Maglione, director de la empresa. No obstante, el industrial aclaró: “Para ser un productor rentable con el maní hay que sembrarlo todos los años. No es un cultivo de oportunidad. Exige dedicación y también asesoramiento. Pero es muy noble”.

Una buena relación
A partir de la buena coyuntura de precio que ofrece, el maní es el cultivo que mejor relación costo-beneficio exhibe respecto de la soja y el maíz.

Incluso en esa zona del departamento Río Segundo ofrece en los últimos años un mejor desempeño que sus primos gruesos. “Acá la soja rinde entre 17 y 18 quintales, el maíz entre 55 y 60 quintales y el maní arriba de 28 quintales en caja”, comparó Maglione. Entre campo propio y arrendado, la empresa familiar produce cuatro mil hectáreas de maní por año. Algunas de ellas están en La Pampa, hasta donde el maní llegó en los últimos años buscando nuevas tierras. Maglione Hermanos ha mantenido en los últimos años el área manisera, que presenta una porción entre 25 y 30 por ciento de la torta agrícola en los campos propios.

El alquiler sigue siendo el principal costo que tiene el maní. Sus valores oscilan entre 400 y 600 dólares y, en función de la producción alcanzada, pueden ser determinante para la rentabilidad económica del cultivo.

Según evaluó Guillermo Olivera, director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Maní, con un alquiler de entre 400 y 600 dólares por hectárea, el rendimiento de indiferencia del maní en campo alquilado fue en la pasada campaña de entre 33 y 37 quintales por hectárea. Mientras que en campo propio, la producción necesaria para salvar los costos osciló entre 23 y 24 quintales, por debajo del rendimiento promedio obtenido en la provincia que fue de 27 quintales.
Para esta campaña, el mejor precio que tiene el maní alivia la ecuación económica.

Modelo
Fecha de siembra. Entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre. Para Hugo Zanellato, asesor técnico de la empresa Maglione Hermanos, la mejor ventana es la primera quincena de noviembre.
Densidad. Entre 14 y 15 plantas por metro lineal, en función del poder germinativo de la semilla. El objetivo es lograr un stand de 12 plantas.
Maquinaria. Con sembradora mecánica a placa a 70 centímetros de distancia entre hileras, con una profundidad de entre cinco a siete centímetros, en función de la humedad. “La siembra con máquina neumática aún tiene el problema del tamaño de los granos dentro del mismo calibre, lo que dificulta la distribución”, aseguró Zanellato.
En la foto, Nicolás Maglione, Guillermo Olivera y Hugo Zanellato en un lote sembrado hace 12 días. El maní integra la rotación con trigo, sorgo, maíz y soja.


Por Alejandro Rollán – Publicado en La Voz del Campo, suplemento del diario La Voz del Interior
 

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Actualizado a: 20/12/2024

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