Una de esas acciones es la construcción de microembalses que tienen por finalidad captar agua de escurrimientos de pequeñas cuencas (300, 500 o 1000 has.).
“El microembalse es una represa que tiene una pared de contención (de tierra) con salidas abiertas y regula los importantes aportes de agua producto de las lluvias. La función protectora del microembalse es hacia abajo, evita que vaya un malón de agua de golpe”, cuenta Alberto Montesano.
Cuando se producen las lluvias los escurrimientos se concentran, van hacia la cuenca baja y se encuentran con estas paredes que junto al relieve forman un embalse de agua. El integrante del CRCS explica que estos microembalses poseen caños que permiten que salga siempre el agua a un caudal constante y están diseñados para que se vacíen en 30 o 36 horas. Por lo tanto, la superficie donde se almacena el agua es una superficie cultivada.
Ejemplos de estos microembalses se encuentran en la zona de Gigena y al norte de Berrotarán, y ya fue aprobada por la provincia la construcción de ocho microembalses en la cuenca norte de Adelia María, para evitar que todo el escurrimiento de la lluvia con la tierra que arrastra, ingrese a la localidad, “brindando un beneficio social muy importante”.
Grandes escurrimientos tras las lluvias
Estos escurrimientos han aumentado en los últimos años de una manera alarmante, producto del cambio de uso del suelo. “Tenemos que frenar semejante escurrimiento porque así se pierde suelo, se rompen los caminos, se pierde producción y el microembalse terminará siendo escaso si no corregimos el problema de fondo, que sería modificar el sistema de producción y hacerlo más sustentable”, explica Montesano.
Tal como lo expresa el Ingeniero, tomar medidas para disminuir el escurrimiento sería hacer rotaciones de cultivo, mejorar la infiltración del suelo y sembrar cortando la pendiente. “Es decir, los beneficios que brindan los microembalses se deben potenciar con buenas acciones por parte de los productores”.
Conservación de suelos y sociedad: el caso de Adelia María
Esta localidad sufre inundaciones después de grandes lluvias. Por iniciativa de la comunidad, a través del intendente, técnicos especialistas se dispusieron a trabajar al respecto. Así consiguieron que la provincia autorice y financie la construcción de estos ocho microembalses protectores, y que los productores rurales empiecen a hacer obras en sus campos para disminuir los escurrimientos.
“Entonces la sociedad, víctima de una situación, motivó todo un cambio”, concluye Montesano.