Son de conocimiento público los valiosísimos beneficios que aportan las legumbres a la salud de las personas. Aunque la mayoría considere que el maní es un fruto seco, en realidad es una legumbre maravillosa, sabrosa, económica y riquísima en nutrientes.
Es cierto que es sumamente calórica, pero es posible disfrutar de todos los beneficios que aporta a la salud, especialmente para la prevención, si se lo consume a diario y de manera moderada.
Su nombre científico es Arachis hypogaea, y tiene la particularidad de que su planta florece por encima del suelo. Cuando sus bellas flores amarillas son fecundadas, se prolongan, sus vainas se entierran en el suelo y sus frutos crecen dentro de ellas.
Con origen en el trópico Sudamericano, con el tiempo se distribuyó por todo el mundo y es un verdadero tesoro de la naturaleza: se siembra en primavera y en solo 10 días germinan sus semillas.
El maní tiene grasas insaturadas, Omega 3, proteínas, vitamina B, vitamina E, potasio, fibras y minerales como el magnesio y el fósforo. Se trata de un gran aliado para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir factores de riesgo cardiovasculares debido a que puede contribuir a reducir el colesterol “malo” y aumentar el “bueno”, gracias a sus grasas de buena calidad y reducir el colesterol malo.
El colesterol en sangre es una sustancia cerosa producida por el hígado, y es esencial para una variedad de funciones corporales. Dado que el hígado generalmente produce una cantidad suficiente de colesterol, los expertos médicos recomiendan limitar el colesterol en la dieta, como el que se encuentra en la carne, los huevos, los productos lácteos, las aves y los mariscos. Otros factores del estilo de vida como la obesidad, la falta de actividad, la presión arterial y la herencia pueden influir en los niveles de colesterol.
Según Mayo Clinic, el colesterol Lipoproteína de baja densidad (LDL) (más conocido como colesterol “malo”) trasporta las partículas de colesterol por todo el cuerpo, “se acumula en las paredes de las arterias, lo que genera su endurecimiento y estrechamiento”. En cambio, el colesterol Lipoproteínas de alta densidad (HDL) (también conocido como “bueno”) recoge “el exceso de colesterol y lo lleva de nuevo al hígado”.
Valores alterados de colesterol contribuyen a la acumulación de grasa en las arterias afectando el flujo sanguíneo al corazón, al cerebro y al resto del cuerpo. Esto aumenta el riesgo de afecciones cardiovasculares, derrames cerebrales y coágulos de sangre.
En esta línea, un estudio de la American Heart Association demostró que comer maní todos los días puede ser altamente beneficioso para el corazón. La investigación encontró que las personas que comían de 4 a 5 maníes al día tenían un 20% menos de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular relacionado con un coágulo de sangre, y un 16% menos de riesgo de sufrir cualquier tipo de accidente cerebrovascular. A su vez, también determinó que las personas que comen maní tenían un 13% menos de riesgo de enfermedad cardiovascular, que incluye tanto derrames cerebrales como enfermedades cardíacas.
Asimismo, el maní puede ser un gran aliado para fortalecer el sistema inmunológico por su rico contenido en vitamina E, cuyo efecto antioxidante es de gran relevancia para luchar contra los radicales libres capaces de acelerar el envejecimiento, y la protección que aporta a las células, aumentando las defensas del organismo. Su acción antioxidante protege también el cuero cabelludo y la piel en general.
Aún así, es importante consumirlo de modo equilibrado para aportar beneficios y no perjudicar el organismo debido a que es altamente calórico; y consultar con un pediatra antes de comenzar su ingesta en la infancia, para evitar peligros de atragantamiento y por casos de alergia.
Fuente: Infobae