Por estos días, los productores se encuentran en una etapa previa a la cosecha que es el arrancado del cultivo, instancia fundamental para que el cultivo se seque.
Si bien el sector ha seguido todas las recomendaciones de las entidades sanitarias en el tratamiento adecuado de la pandemia, ahora se encuentran con la imposibilidad de ingresar a una provincia en la que se producen algo más de 10.000 hectáreas de maní.
“Ya están todos los protocolos de seguridad armados. Se capacitó al personal y se conformaron equipos de trabajo que atienden roles definidos en caso de una emergencia. Se redujo el personal en los turnos. Esto impacta en la productividad, pero estamos protegidos al máximo de una potencial infección”, señaló Eduardo Nervi, presidente de la Cámara del Maní a Clarín Rural.
Una particularidad es que el 85% a 90% de la producción de maní se hace en Córdoba, y el resto en La Pampa y San Luis. Y según Nervi, en este momento es una ventaja que se concentre la producción y las plantas de procesamiento en la provincia cordobesa porque hay problemas en el ingreso a San Luis ya que éste último no sigue el protocolo de circulación a nivel nacional a partir de las instrucciones de su gobernador, Alberto Rodríguez Saá.