Más de 300 dirigentes de entidades representativas de las economías regionales debatieron la necesidad de contar con un espacio propio ante el Ejecutivo, para que las problemáticas de los distintos complejos agroindustriales no solo sean escuchadas, sino también atendidas.
Esta inquietud le acercaron los productores primarios al ministro de Agricultura, Luis Basterra, entendiendo que el 63% de las producciones agropecuarias, según el último censo agropecuario, responden a este segmento.
Y si bien el 40% de la actividad se moviliza en la región pampeana, que es la que genera la mayor cantidad de divisas que entran al país, a través de los 7 commodities más importantes, también se necesita poner en valor las economías regionales del interior profundo que son el sustento de la mesa de todos los argentinos.
Achicar las asimetrías estructurales que existen, ya sea en el orden territorial, por el tipo de empresa y trabajar en transparentar mercados y fomentar la cultura exportadora, resultan claves.
Estas producciones primarias no mueven el amperímetro en los PBI provinciales que, en el mejor de los casos, en las agroindustriales alcanzan el orden del 15% a 18%, pero representan mano de obra intensiva, movilizando alrededor de un millón de trabajadores.
Es por ello que la conformación de una secretaría orientada a achicar las asimetrías estructurales que existen, ya sea en el orden territorial, por el tipo de empresa, contemplando desde las microempresas hasta las pymes de tramo II, y trabajar en transparentar mercados y fomentar la cultura exportadora para que la pyme puedan salir al mundo, resultan claves para el desarrollo productivo.
Y por sobre todas las cosas, como dijo el presidente de la nación, Alberto Fernández, acompañar a la agricultura familiar, cuya sustentabilidad potencia el arraigo rural. Para eso, hay que trabajar en políticas sanitarias que estén al alcance de todos los productores. Además, desde CAME pedimos participar del “Consejo contra el hambre” porque tenemos mucho para aportar.
Hoy más que nunca el Estado debe estar presente dando respuestas a los sectores más vulnerables, como el productor agropecuario, que es el eslabón más débil de la cadena, y que solo participa -en el mejor de los casos- del 23% del precio final de un producto en la góndola.
Por eso se necesita acompañar con capacitaciones, trabajar en el blanqueo laboral, impulsar el Mínimo No Imponible para mejorar las rentabilidades de las pequeñas y medianas producciones agropecuarias, y debemos llegar con financiamiento a tasas razonables y acordes al ciclo productivo, entendiendo que en muchos casos ni siquiera están bancarizados.
Además se requiere de trabajar en un instrumento legal que permita achicar las asimetrías económicas y sociales en las cuales hoy se encuentran inmersos la mayoría de las producciones pymes agropecuarias.
Según la encuesta realizada recientemente por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entre 236 productores de 18 complejos agroalimentarios y del sector forestal de 23 provincias, arrojó como resultado que menos de la mitad manifestaron haber tenido rentabilidad (42%) este año.
Asimismo, la perspectiva a futuro es bastante diversa: el 31% de los encuestados manifestó tener expectativas positivas para el futuro inmediato, el 43% regular, y el 23% cree que va a ser malo.
Por último, las principales demandas de los sectores frutícolas, olivícolas, mieleros, hortícolas, ajeros, yerbateros, algodoneros, granjeros y ganaderos, frutas finas y cañeros, entre otros, fueron: acceso al financiamiento con tasas especiales para los pequeños y medianos productores pymes, tarifas eléctricas diferenciales para los electrodependientes de las economías regionales, eliminación de los derechos de exportación, reducción de las alícuotas de ciertos impuestos para disminuir la presión tributaria, una reforma laboral integral y la recuperación de las pymes agropecuarias en crisis.
En conclusión: asegurar la rentabilidad y competitividad de los pequeños productores será trascendental si se pretende hacer girar la rueda de la economía en cada uno de los pueblos y asegurar el desarrollo de las regiones.
Gerardo Díaz Beltrán – Pte. de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)