La producción de maní argentina (más de un millón de toneladas) va prácticamente completa a los mercados internacionales. El 95% de lo producido se coloca en más de cien destinos, mientras el consumo interno crece lentamente. Las empresas apuestan a nuevos productos para impulsar el aumento del consumo local y, en esa línea, va ganando espacio la pasta de maní.
Es un volumen que está en línea con Brasil, pero muy por debajo de Europa y Estados Unidos, con entre tres y cuatro kilos por habitante/año, y de los ocho kilos per cápita de China (cifra fuertemente impactada por el uso de aceite de maní).
“Estamos viendo que hay un aumento en la demanda interna, pero es muy lenta porque las costumbres alimenticias no cambian de un día para el otro”, dijo a LA NACION el gerente de la Cámara Argentina del Maní, Edoardo Francanzani. Para graficar señaló una cantidad de marcas de pasta de maní que se han sumado a las góndolas en los últimos tiempos.
Diversas investigaciones muestran que el maní consumido en cantidades adecuadas todos los días puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes. Además, brinda saciedad, por lo que podría ayudar a controlar el peso.
Un trabajo realizado entre la Cámara Argentina del Maní y el Peanut Institute de Estados Unidos dio cuenta de que se “ha verificado que mantiene estable el azúcar en la sangre y mejora el colesterol tanto en individuos sanos como en los afectados por diabetes del tipo 2. El maní tiene un índice (IG) muy bajo en la escala glucémica y una carga glucémica (CG) muy baja a causa de su alto nivel de fibras, proteínas y grasas saludables”.
La Administración de Alimentos y Drogas del Gobierno de los Estados Unidos (FDA) emitió en 2003 un informe que plantea que “pruebas científicas sugieren, pero no demuestran, que comer unos 43 gramos de la mayoría de los frutos secos, tipo el maní, como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón”.
Algunas variedades de maní fueron recientemente certificadas por la American Heart Association (la asociación de especialistas cardíacos de Estados Unidos) como saludables para el corazón y permitieron el uso del logo con un corazón -indicando el beneficio- en el packaging. Para poder usarlo, los frutos secos deben alcanzar determinados niveles nutricionales y el maní tostado satisface estos criterios.
El maní contiene principalmente grasas no saturadas, las mismas que tiene el aceite de oliva, que ayuda a la reducción de LDL (colesterol malo) y aumenta el HDL (colesterol bueno). Una investigación muestra una reducción del 7,2% del colesterol LDL y del colesterol total entre adultos sanos que consumen maní regularmente.
Beneficio
También puede ayudar a mantener estable el azúcar en la sangre a lo largo del día y reducir un 25% el riesgo de desarrollar la diabetes de tipo 2.
Un factor que se agrega y que es importante en economías como la Argentina es que el maní es más barato que otros frutos secos. Cuesta hasta tres veces menos que otros con beneficios similares para la salud.
Hace ya tiempo que la Argentina se mueve en el podio de los exportadores globales de maní. Su alto saldo exportable se vincula, por supuesto, con el bajo nivel de consumo interno. Tanto para el mundo, como para el mercado doméstico, viene incrementándose el agregado de valor. Hace tres años los maníes sin transformación representaban el 60% del global exportado y ahora son el nueve por ciento, según datos de un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El bajo consumo interno de maní es una cuestión cultural y de comunicación, según entienden desde la cámara que agrupa a las empresas. Por eso, para expandir las fronteras internas se difunden recetas, se explica el aporte nutricional y se exploran diferentes segmentos, como el de los mix energéticos para deportistas.
Por Gabriela Origlia – LN Campo