Las investigaciones indican que en los próximos 50 años, los agricultores tendrán que producir más comida de la que se ha producido en los últimos 10.000 años combinados con el fin de satisfacer las necesidades de casi dos mil millones de personas en nuestro planeta.
Mientras que la alimentación de un planeta con hambre ha sido un reto a través de los años, los expertos en seguridad de alimentos están advirtiendo que los próximos 25 a 35 años podrían ser un momento crítico en términos de satisfacer las crecientes necesidades alimentarias de una población en rápido crecimiento.
Para complicar aun más esta cifra y el objetivo a alcanzar, es preocupante el menor número de hectáreas de tierras destinadas a cultivo y las condiciones cambiantes del clima, que podrían significar menos agua disponible para el riego de cultivos y la producción.
Tales preocupaciones no se basan en la especulación, sino de una dura investigación. La desnutrición aguda severa es un problema muy real en el mundo moderno. Es responsable de casi la mitad de todas las muertes infantiles cada año. Pero mientras que los problemas de hoy son un reto suficiente, la investigación indica en los próximos 50 años, los agricultores tendrán que producir más comida de la que se ha producido en los últimos 10.000 años combinados con el fin de satisfacer las necesidades de casi dos mil millones de personas en nuestro planeta.
La solución a largo plazo para el problema es simple en su valor nominal. Para satisfacer la creciente necesidad de más alimentos, los agricultores sólo tienen que cultivar más productos alimenticios. Pero teniendo en cuenta los desafíos de la escasez de agua y tierra, más desarrollos y soluciones adicionales tendrán que llevarse a cabo.
Según información publicada por Southwest Farm Press, investigadores han estado trabajando en soluciones durante una serie de años y se han logrado algunos avances asombrosos.
Una de estas soluciones demostradas es la idea de que el maní pueden ayudar a salvar a los niños que mueren de hambre en el mundo moderno y podría recorrer un largo camino para satisfacer las crecientes necesidades de alimentos del mañana.
Frente a este escenario, la Junta Nacional de Maní norteamericana (NPB) y la American Peanut Council, hace unos años pusieron en marcha un programa para desarrollar lo que ellos denominan Ready to Use Therapeutic Food (RUTF), una sustancia compuesta en gran parte de la mantequilla de maní.
Con base en el trabajo del Dr. Mark Manary, fundador de una organización sin fines de lucro, el proyecto contempla la entrega de RUTF a base de maní a los campos de refugiados en Somalia, donde se encuentran miles de familias hambientas. A través de los donantes, miles y miles de niños están siendo rescatados de la desnutrición de esta fuente de alimentos, que proporciona proteínas y calorías a la dieta de los hambrientos niños y familias.
El brebaje enriquecido con vitaminas, con mantequilla de maní como su base, puede ser el avance más importante que se ha de curar y prevenir la desnutrición. El American Peanut Council también está trabajando con los productores, fabricantes desgranadoras y otros socios para crear una mantequilla de maní, especialmente para usar en las despensas de alimentos en todos los EE.UU.
Especialmente formulados para combatir la desnutrición aguda severa, desde la American Peanut Council destacaron que la mayoría de los casos se curan en tan sólo seis semanas, de acuerdo a investigaciones realizadas.
La mantequilla de maní es una excelente fuente de proteínas, fibra dietética, vitamina E, ácido pantoténico, niacina y vitamina B6. También es rica en minerales como manganeso, magnesio, fósforo, zinc y cobre, y una buena fuente de tiamina, hierro y potasio.
Si bien el maní y sus subproductos no son todo lo que se necesita para acabar con el hambre en el mundo de hoy o en los próximos años, es importante rescatar este avance como alternativa para contribuir a la disminución de la desnutrición.